Friday, August 11, 2006

 

Pero el tiempo no pasa en nuestro barrio, todo aparentemente parece inalterado por la corrosión del tic-tac ahora digital; la mismas casas el mismo olor, la rutina aplastante, la intolerancia ciudadana, la violencia agazapada,oyendo las campanas de Guadalupe tocar, la muerte doméstica rondando como gallinazo detrás de tu oreja, el cambio de caras en la tienda del cachaco de la esquina, la sonrisa encantadora de la dueña de la frutera, las esquinas atiborradas con las promociones del rebusque de moda, los huecos en las calles cumpliendo flamantes sus quince años o más, el agua de alcantarilla de los militares rodando altaneras por las calles sometidas y cansadas, el grito vespertino del vendedor de peto caliente, los carritos de raspao' con sus inconfundibles bocinas, los carretilleros recogiendo todo lo que "ya" no sirve, los carros de mula compitiendo con la nueva generacion de "zapaticos", el vecino de la esquina dándose mecedor apaciguando el calor, los muchachos jugando bola'e trapo, el cortador de hierba con su sonrisa a punta de machete, las moto-taxis y el diálogo del rebusque existencial, el trueno apabullante y estremecedor, el despertar con un arroyo que te puede arrasar, las arepas de huevo para desayunar, el jugo de zapote para enderezar una tarde adulta con filo ancestral, la limonada con los limones del patio de atrás, las cervezas voladoras con el perro en la esquina viendo a los bollitos pasar, toda la algarabia del caribe en un nuevo empezar y culminar hoy en esta locura americana donde tampoco pasa nada, sintiéndonos completamente aislados y lo peor de todo, sin el calor ni el don de gente de mis amigos de por allá...

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