Friday, June 22, 2007
Somos hombres maquinas, toda nuestra vida actual tiene la sincronizacion de un motor a dos o cuatro tiempos, nos hemos convertido en automobilina adictos sin saberlo, pero anorandolo, nada se mide si no hay una ignicion en el camino, miramos a los demas con ojos estetico - funcionales, sabiendo que las maquinas nos hacen sentir poderosos y parte de un sistema que mide los logros en el octanaje concebido. La relacion con la naturaleza misma del ser humano queda a expensas del poder de desplazamiento, del confort en la relacion tiempo espacio y su proyeccion pequeno-burguesa. Nada se escapa a la esclavitud automotora, es mas nos desquicia y nos angustia al mismo instante, dandonos esa enfermedad posmoderna llamada stress que nos convierte en los dementes democraticos de la envidia BMW ...